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Mostrando entradas de noviembre, 2009

APUESTA...

El guardabarrera toca su silbato con insistencia. La primera en detenerse antes de cruzar la vía es una monja anciana de vestimenta gris. Una joven que venia apurada casi se choca contra la monja. Y luego se detiene un hombre que caminaba encandilado por la belleza de la joven. -No vale la pena arriesgarse. -dice la Monja prudentemente. -Encima es de carga -dice la joven. -A que son 30 vagones... -irrumpe el hombre. -Son como 40. -Dice la joven con su belleza inefable. Bueno, el que gana da un beso en la mejilla. -Propone el hombre. Un beso soplado al aire. -Contesta ella sonrojandose. -Trato hecho. -Dice el hombre. Yo los cuento. -Ofrece la monja y encuentra inmediata aprobación de la joven y el hombre. La locomotora diesel de color celeste gastado cruza delante de ellos tirando vagones cargados de piedra partida. El hombre hace su conteo en silencio. La monja que tiene un tonito a española los cuenta en voz alta. El hombre se da cuenta que va a perder la apuesta. Que en realidad le

HÉROES...

De los cuadernos del tío Aldo. Le dejo a su sobrino sus cuadernos por legado. Le llegaron embalados en una caja y atados con hilo de yute. Son cuadernos comunes de hojas rayadas y espiral que vienen con su título en la tapa. El hombre elije abrir el que dice “Amor”. Son frases sueltas. Según parece muchas eran propias, del propio saber del tío gestado en años de andar por la vida. Otras escuchadas. A veces frases subrayadas con resaltador en un recorte de diario. Esta todo prolijamente anotado con su letra cursiva grande y clara, que le elogiaban tanto en su empleo de revisor de cuentas. El hombre va al final del cuaderno. Esa es la última frase. Tiene una aclaración: “Me dicen en el bar que lo dijo la Rosa Montero en un reportaje. No es textual, la escribo con mi memoria no tan buena…" Lo verdaderamente heroico es querer al otro tal cual es. "Tal cual el otro es" -Escribe para dar énfasis a la frase. Luego sigue una reflexión: “Cada vez seremos más los viejos solitari

ESPERA...

El hombre esta -nuevamente- conmovido. Mientras ve a su hija que espera y espera. Quizá lo viene haciendo desde muy pequeña, pero él lo ha descubierto recién en esta tarde destemplada. Mientras ve a su hija que espera y espera. Que en algún momento su madre termine de llegar a su lado.