Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2018

LO IMBORRABLE...

Los golpes a lo karateca del Hermano Miguel Amador en la nuca de mi padre. Mi padre que trastabilla dando unos pasos adelante pero enseguida recupera el equilibrio y hasta sonríe. Luego me toca a mí. Le digo que me duele el cuello, señalo tocandome en el lado izquierdo. Entonces la mano fuerte del sanador apretando algo que sería un ganglio pero que dolió lo suficiente como para dejarlo imborrable por toda la vida. Mi madre y mi hermana estaban rezagadas en la larga fila que se había formado para subir a la tarima de madera elevada donde Miguel Amador atendía usando la fuerza de sus manos más la fe que le otorgaban quienes ya habían experimentado sus curaciones.   Mamá   debe haber pensado que ni loca se dejaba apretar o golpear. Ella sólo creía en médicos como su primo Aldo. Tomó de la mano a mi hermana   y salió de esa gran carpa donde el sanador atendía. El afuera era un gran camping donde las familias se preparaban para almorzar con asados. Era un día esplendido de pri