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Mostrando entradas de octubre, 2008

EL ÚLTIMO ANIMAL DEL MUNDO...

El hombre lee a Conrad. Así, tal cual me siento yo. -se dice. Con su vida bien adentro de "El corazón de las tinieblas". En algún punto todo le resulta ajeno y hasta horroroso. Un exiliado de su propia vida. Alguien que se pregunta donde estuvo y donde esta la vida verdadera. En una espesa bruma, y no importa demasiado si es un río que se interna en las venas abiertas del África. O es un barrio de Temperley. Es el exilio. La sensación de desterrado. Y todo mientras el hombre, abrumado en sus propias imágenes no puede avanzar de la página 79. Pero ocurre un pequeño milagro para sacarlo de la lectura y -un rato- de oscuros pensamientos a tono con el relato donde la soledad existencial es un "no lugar" permanente más allá de tiempos, geografías y tecnologías. Llega su hija con una insinuante sonrisa: ¿Cual es el último animal del mundo? No se, -dice el hombre sin demasiada imaginación. -El delfín... -dice y se ríe con ganas y lo contagia al hombre que se ríe y se perm

A LA CARNICERÍA HAY QUE IR CON PLATA...

*Ilustración de Ray Respall Rojas tgrafica@cubarte.cult.cu -Indicar "para Ray", en el asunto del correo. Quería escribir* Él necesitaba escribir. A primera hora, cuando los zorzales cantaban a la primavera. Mientras su mujer e hijos dormían... Él quería escribir. Hasta la media mañana al menos, cuando empezaba a escuchar a su mujer que protestaba desde la cocina: -“A la carnicería hay que ir con plata”. -Seamos vegetarianos y felices. –le contestaba a los gritos desde la habitación. No tuvieron que cazar para comer perdices. Ni dejaron de ir a la carnicería. Ni fueron felices. Él, no escribió nunca más.

UN DELIRIO CÓSMICO DEL 2004...

Hipertensión de recuerdos en el cuerpo. Estallan las imágenes, Espejo mellizo hundido del agua al ahogo al sol. Al pájaro no le interesa el presente, sobrevuela a penas la transferencia a Cañuelas, emoción rara reencontrarse con 17 años de recuerdos, casas pasadas, cosas mudadas en la vida de cada cual. A las 17 y 19 hs vuelve a salir el tren, hay que apresurarse a pesar de los 50 Km. de viaje son muchos años, un vértigo de vida, y uno que no sabe quien era ni quien es. Solo los dolores grabados en el rostro de quienes tomamos el cambio de vía, solo amistad y mate, nunca se termino la yerba, hasta que llego la gastritis y la esofagitis grado 2 y también se termino el mate. Es lejos para volver saltando Rayuelas y ella no ya es la maga a los 50 años o kilómetros, y yo sólo salto letras y pongo los acentos en cualquier parte. En la plaza de enfrente de la estación hay un perro muy pequeño que suplica adopción, es domingo a la tarde a la hora del desamparo, la trampa o la siesta. Va y