Un palito en la boca del cocodrilo. Es lo que me dicen. Me dicen que lo dijo lacan. El cocodrilo es la madre. Los hijos. -Mis hijos y los hijos de cada cual- están en sus bocas. El palito es el padre. No queda claro si es su voz, su presencia, su diferencia, el límite sutil o no que hace que la madre no se trague a los hijos en su puro mundo-vientre. A veces me duelen un poco los colmillos de mi ex-mujer -son muy filosos- En la espalda que por momentos se tuerce un poco. O en el pecho que no tiene heridas definitivas. Pero por ahora aguanto.