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Mostrando entradas de marzo, 2010

EL INVISIBLE..

Cuando Silvia, la mamá de Matías, dijo en la puerta de la escuela: -Mi hijo puede ver seres invisibles. Escuche asombrado. Quede en silencio. Pasaron días. Seguimos esperando cada cual a sus hijos. Volví a preguntar. Ella me invito a que lo comprobara con mis propios ojos. Así que los seguí con mi hija de la mano rumbo a la estación de tren. Antes de cruzar la calle que separa del acceso a la estación hay muro alto blanqueado, luego una carnicería situada por debajo de la escalera que eleva los pasos para poder cruzar sobre las vías y acceder a los andenes. Por allí muchas personas desconocidas se entrecruzan a toda hora. Matías, señalo al hombre sentado sobre un cajón de madera. Era evidentemente visible. Podía verlo, aunque siendo este mi camino habitual de retorno a casa nunca antes lo había visto. Observe a la gente que pasaba apurada, que como en un hormiguero entra o sale de la estación. Era invisible. O la muchedumbre fingía no verlo. Estuvimos un rato haciendo comentarios. Los