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Mostrando entradas de 2014

Siofn

El hombre lee su informe otra vez: "He observado que hacemos el amor en la esperable indiferencia con la que un empleado administrativo lee, firma y sella un expediente. Para el cual lo verdaderamente importante es el control. Que el expediente este en el estante correcto, disponible para cuando sea necesario otra firma, otro sello, pasarlo a otro estante, a otro abandono. (....)" "Después de haber pasado varias veces por el planeta Siofn los seres tienen una vida sin pasión. Los supera saber que su nuevo cuerpo tiene fecha de vencimiento; ya no sienten estar en una vida verdadera con peligros y desafíos, incertidumbres, frustraciones.... se limitan a administrar su tiempo en redes psicofísicas a las que confirman su pertenencia con gestos tan automáticos, tan naturalizados en su inconsciencia (...)" Por eso el hombre ruega que lo transfieran a un planeta de "sangre caliente" donde la vida merezca ser vivida. Donde pueda sentir de nuev

MI PADRE SILBANDO EN LA NOCHE

Ahí va mi padre silbando en la noche. Es primavera. No alcanza con el canto cíclico de los zorzales. Mi padre se acompaña silbando. Es una melodía que alguna vez le escuche cantar en italiano, habla del amor perdido de una napolitana. Para mi cada vez que lo escuchaba silbar aquella melodía era como si hablara en él toda la tristeza que tenía adentro. Mi padre un hombre de silencio. De pocas palabras, las justas y necesarias. Ahora que volvió la primavera y los zorzales cantan ó silban su insomnio. Mi padre vuelve a caminar a la madrugada hasta la avenida bajo las estrellas o la tempestad para ir trabajar a la fábrica. Esta sólo y se acompaña silbando su amor a una napolitana.

MARISCAL DEL AIRE

Hubo un tiempo en que el tío era "el mariscal del aire". El apodo se lo puso mi amigo Rubén cuando lo vio llegar con antiparras pintorescas subido a aquella máquina infernal cuyo sonido era reconocible bien a lo lejos. El tío no llegaba en avioneta pero con su moto ruidosa y las antiparras lo veíamos arriba del Fokker.   Venía riéndose sobre su moto desde antes de estacionar en la vereda. Si mi ma dre lo veía salía amagando protestar para que no estacionara su maldita máquina sobre las baldosas y dejara manchas de aceite.   En aquellos años no recuerdo al tío hablando algo "en serio", decía sus chistes y se reía a carcajadas sin esperar el festejo de su improvisado auditorio. Era cobrador. Cuando golpeaba en una casa –y ya lo conocían en sus modos de llamar- decía: "el cuco". , "el hombre de la bolsa" "el pata de lana" etc, Fuimos un pueblo más alegre que hoy en día porque al tío le aceptaban de muy buena gana sus mañas. 35 años de

SAN SEBASTIÁN

      Esta arriba del tren pero sabe que no va a ninguna parte, vagamente trata de calmar la soledad con el método que utilizaba su tío después de enviudar a los 85 años. Los domingos, se iba hasta la estación de tren y viajaba hasta el final del recorrido. Bajaba, buscaba una parrilla, pedía un sanguche de bondiola, un vaso de tinto. Pasaba un rato en el andén de la estación apoyado en su bastón. Probaba su buena vista ayudada con lentes para ver pasar mujeres, decirles piropos y -después de lograr un "gracias" o una sonrisa bien dada- subirse al próximo tren para volver a su casa antes del anochecer. "contra la soledad del domingo no hay como el viaje en tren" -recuerda con la voz presente de su tío.   Se levanta y se dirige al vagón comedor buscando una excusa para estirar las piernas, adelante va una mujer muy agraciada. Al entrar al vagón comedor casi se tropieza con un hombre que caminaba en sentido contrario sin verla. El ho

NOGXA

    La conversación fue derivando.   Kalman actuaba como un informal divulgador científico:   "Se esta trabajando para crear una máquina que permita pesar el pasado".   (...)   A Miguel le surgían preguntas:   ¿Hablás de pesar la materialidad tangible de los objetos que son puro pasado?     -Si, pero no sólo de objetos.     ¿Una forma de balanza?     -Si, de algún modo es una imagen pertinente...   Miguel ofreció su casa a probar "ese" aparato que supone dará medidas en kilogramos. Imagina una experiencia extraña, recorrer ambiente por ambiente e ir pesando todo aquel objeto o mueble cuya utilidad no fuese algo “presente” para el sujeto. Objetos cuya presencia en una casa solo pueda atribuirse a la nostalgia, a un puro apego desligado del valor de uso.     Miguel se permite volar con una pregunta más que osada:   ¿Y como medir la presencia de lo p

EL ÁNGEL DE LA REPARACIÓN

    Otra vez pensé en el ángel de la reparación. Quizá sea un mito, sólo un mito necesario. Pero dicen que cada tanto en la vida de cada cual alguien llega a reparar o intentar reparar. No es el plomero ni el electricista. El efecto es intangible en la inmediatez. Pero dice la gente humilde -que de creencias vive- que el ángel de la reparación existe y que el día menos pensado aparece tendiendo su mano…    

EL CIRUELO DEL MUNDIAL...

    Cada mundial vuelvo a recordar la historia del árbol en el fondo de la casa de los padres de Kalman. Porque el secuestro ocurrió al principio del mundial de la dictadura. Quizá será por la tapa del libro, que conservo desde aquella época. La hoja suelta y maltrecha de papel era la tapa de "EL ESTADO Y LA REVOLUCION " de  V.I. LENIN.  PEQUEÑA BIBLIOTECA MARXISTA LENINISTA En la desesperación el padre polaco de Kalman había enterrado todo lo que encontró en la pieza de sus hijos. Solo se había salvado la colección de mecánica popular y el diccionario. La imagen de su rostro recién retornado del chupadero. Su cara, nunca voy a olvidar su cara aunque la imagen este desgastada por las décadas transcurridas. A los 20 años Kalman había envejecido de golpe: era un muchacho ojeroso con una tristeza madre instalada en la mirada. Me recibió sentado en una habitación deliberadamente sombría, como si sus ojos acostumbrados a semanas en la maz

LA OBRA DE JEROME RICARDO KLEPKA

De pronto me había inventado un oficio (es probable que mi ocurrencia fuese algo común). Pero preferí imaginarme fundando una praxis, la antropología de las subjetividades ó dicho de modo sencillo de una persona y su obra. La vida me permitió acceder al fantástico mundo del arquitecto Jerome Ricardo Klepka. Antes de partir a Corbett, su gran obra, había recibido de su amiga Irene   una caja con planos, dibujos de esculturas y cuadernos donde Jerome anotaba frases o explicaba el significado de sus obras. Mientras viajaba en el tren me daba cuenta que el arquitecto Klepka tenia lúdica creatividad: se permitió colocar 109 de sus esculturas "Como los 109 trofeos que debía cazar un Maharajá". En su cuaderno explicaba: “esta es una cacería de recuerdos propios a los que debo darles una materialidad”. El hotel se llama "Edward James Corbett Resort" y queda a metros de la estación de tren. Es un hotel de tres estrellas con baño privado y cuesta 13

DEL LEGADO DE ESE SUEÑO...

Somos una forma de vida obstinándose en persistir como aquellos virus de antaño que escapaban a todas las formas posibles de la extinción.   Tengo la memoria del nogal que me albergó años y años desde la semilla que mi madre alada enterró en este bosque que no es un bosque como ustedes entienden, sino una zona protegida de creación de nuevas formas de vida. Soy y seré golondrina, después de desprenderme de la corteza de ese ser que será un recuerdo de madera y leña al tiempo de mi partida. Vivo en los aires. En la mitad del ciclo anual haremos nido en algún refugio de la ciudad de Bonita. Volveré a comienzos de la primavera del sur con mi pareja. Gestaremos huevos semillas de la especie. Confiaremos en la fuerza de la vida. Aún en aquella surgida por medios artificiales. Como una última y desesperada utopía. No hay en el esbozo de nuestra historia nada que pueda parecérseles a una verdad reconocida de vuestra época.   Sólo cuento con el testimonio intangi

ECOS

Se desnudan. Ella apoya su espalda contra el respaldo de la cama. Abre sus piernas. Deja sus piernas dobladas, las rodillas quedan como una cima curva y perfecta. Un haz de luz que se filtra por los postigos entornados les da un aspecto irreal. Son la superficie de un planeta mágico. Ella Desnuda. Con sus piernas abiertas y el sexo expuesto, recibe al hombre. El hombre apoya su espalda en los pezones que chispean a la altura de los pulmones. Ella lo contiene en sillón de mullida ternura humana. Abre un libro, recorre en silencio las páginas. Cada vuelta de hoja genera una brisa o un huracán en la piel. Él se concentra en la respiración. Los pulmones son una caja perfecta de resonancia. Siente al latido del corazón de ella como doble latido del propio corazón. Ella comienza a leer. Su voz se eleva en catedrales. En su voz que eleva en catedrales hay un eco de otra voz dormida. El hombre cierra los ojos. No esta del todo allí. Hay una niña que canta en latín. Cuand

REPARAR AL MUNDO

En los últimos años ha visto cine viajando. Pedazos, en realidad de películas, imágenes sueltas. Ese hombre sabe que es un hombre sacudido y estallado en pedazos. Un hombre que va y viene, y que ese día esta apenas anestesiado por el dolor. Sale de pensar con la vista puesta en el paisaje lábil que le brinda la ventanilla y ve a Richard Gere en el personaje de un profesor de religión escribiendo en un pizarrón "Tikkun Olam", que quiere decir "reparar al mundo". Cuando el hombre consigue rescatar su anotador del bolso la película ha avanzado, como el tren, y como todas las cosas entregadas a su propia velocidad, ha avanzado. Sólo logra anotar dos frases aisladas más, bastante poco para una película de más de hora y media: "Amar las cosas de nuevo". "Reunir fragmentos". ¿Cómo se logra eso? -se pregunta. ¿Cómo se hace para reunir esos pedazos en los que su vida trascurre estallada? ¿Como se hace para amar l

LA RICA

    A Antonio Dal Masetto.     El hombre lee en su asiento una carta escrita sobre papel verde. Se inclina un poco tratando que el sol que ingresa por la ventanilla ilumine de lleno en esas letras de birome azul. Tiene sus ojos cansados y la presbicia lo obliga a distanciar bastante la carta, a punto de temer con incomodar con la extensión de su brazo a la señora sentada enfrente en la que puede ver una mirada curiosa detrás de esos anteojos redondos con bastante aumento. En realidad, no le importa que esa señora de mediana edad y pelo rubio enmarañado se interese por su carta. Ella solo podría haber leído la fecha y el lugar que están en letra visible e imprenta, arriba a la derecha de la primera hoja. Luego viene la letra manuscrita, pequeña y encriptada de Gabriela que se hace imposible de descifrar si la persona no esta familiarizada con ella. Y además, que importancia tiene que esa señora sepa de su felicidad, de su ir y venir con el amor y la distancia.

EL REYNOSO

          Es un pesado tren el de la memoria. Así lo siente el hombre mientras viaja acunado por el vaivén del tren de trocha angosta. El arquitecto es hoy un hombre viejo. Ha dirigido muchas obras, ha visto desfilar delante de su mirada a verdaderos personajes entre los albañiles y gremios que trabajaban en sus obras. Mira el recorrido de la línea y se detiene en la Estación Reynoso.   “El Reynoso”. Reynoso era el apellido del peón que se convirtió en una leyenda   que circuló por años en las obras. Cada tanto cuando le tocaba compartir un almuerzo con los obreros, alguien contaba la historia, modificada con el énfasis y el suspenso que le imprimen los Cuentacuentos a sus narraciones. Los albañiles son excelentes narradores de historias propias y ajenas. Al mediodía se contaban historias, mientras se cortaba la carne y se servia el vino tinto. En el edificio de la avenida Rivadavia se destacaba Yapura el azulejista, que relataba