La conversación fue derivando.
Kalman actuaba como un informal divulgador científico:
"Se esta trabajando para crear una máquina que permita pesar el pasado".
(...)
A Miguel le surgían preguntas:
¿Hablás de pesar la materialidad tangible de los objetos que son puro pasado?
-Si, pero no sólo de objetos.
¿Una forma de balanza?
-Si, de algún modo es una imagen pertinente...
Miguel ofreció su casa a probar "ese" aparato que supone dará medidas en kilogramos.
Imagina una experiencia extraña, recorrer ambiente por ambiente e ir pesando todo aquel objeto o mueble cuya utilidad no fuese algo “presente” para el sujeto.
Objetos cuya presencia en una casa solo pueda atribuirse a la nostalgia, a un puro apego desligado del valor de uso.
Miguel se permite volar con una pregunta más que osada:
¿Y como medir la presencia de lo pasado en el cuerpo psíquico de una persona?
-Con NOGXA.
- ¿?
-Digamos que permitirá dar materialidad a lo emocional -y por que no- darle un peso tangible.
-El futuro nos brindara maneras de estudiar la carga de los traumas en el cuerpo y, lo más importante... comenzar a aprender sobre la fuerza de la resiliencia en la vida humana.
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