
Estación Marcelo Tinelli
El hombre se despertó temprano como en todos los días hábiles.
Se abriga ante el previsible frío de la calle.
Son 5 cuadras hasta el bar donde toma el café con leche con dos medialunas de manteca. Sus certezas llegan hasta el saber que cruzara la plaza haciendo crujir las hojas secas de plátano que tapizan la vereda y que ingresará a la estación de trenes para enfrentar lo imprevisible de cada viaje hacia su jornada laboral.
Hace la escala para desayunar. Entra y se sienta en su lugar habitual. A la izquierda el ventanal que da a la calle 25 de Mayo, Mira y lo encandila el reflejo de un sol amanecido en los autos y colectivos.
Enfrente y arriba de la heladera, se ve el televisor de 29 pulgadas perennemente prendido en las 18 horas diarias de apertura del bar.
En las mañanas esta sintonizado en crónica TV.
El hombre observa que todavía no llegaron los viejos parroquianos del bar.
Jubilados que pasan al menos 10 horas allí, y polemizan, y hablan de sucesos remotos como si hubieran pasado ayer mismo. Allí hay jubilados del ferrocarril. Alguno fue testigo de la compra de los ferrocarriles ingleses por Perón.
El hombre ve que es la hora de partir y entregarse a la incertidumbre de un viaje en el eléctrico hacia constitución. Desde hace tiempo ya, se da cuenta que consume buena parte de sus fuerzas en sobrevivir al viaje de ida y vuelta en el antiguo ferrocarril Roca.
Llega cansado a su trabajo, y se vuelve 11 horas después a su casa con la hazaña a cuestas de haber llegado enterito a recibir una sonrisa de su hija.
Se prepara mentalmente. Y mira uno de los 6 relojes que marcan la misma hora pero con distintos minutos. Es la hora. Hecha un último vistazo al televisor.
Titular y música característica de titulo catástrofe, letras grandes, fondo rojo.
“KIRCHNER cambio a Taselli por Tinelli”
La locutora con el fondo de la imagen de la plaza de mayo explica:
Le quitan la concesión a Metropolitano y se la dan a la UTE (unión transitoria de empresas, aclara el hombre para si mismo) de Ideas del Sur y el Movimiento Independiente de Jubilados y pensionados de Raúl Castells.
El hombre, se levanta igual y mira al gallego que desde el mostrador confirma con su cara que el también vio y escucho la misma noticia.
En eso ve entrar por la puerta de la ochava al viejo Telmo, con su andar cansado y sus pies que arrastran muchos años de decepciones.
-En este país puede pasar cualquier cosa en cualquier momento. -dice el hombre mientras que camina hacia la puerta
-No se queje, hombre –dice Telmo...
-Si Tinelli puede organizar la jaula de las locas que bailan, cantan y patinan, también puede hacer que usted viaje un poco mejor todos los días.
Hay que tener un poco de esperanza en la decisión del presidente. –Remata.
-La esperanza es lo último que se pierde. –contesta el hombre, que sale y se pierde en sus propios pasos ya invisibles rumbo a la estación de Temperley.
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