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UN DELIRIO CÓSMICO DEL 2004...

Hipertensión de recuerdos en el cuerpo. Estallan las imágenes,
Espejo mellizo hundido del agua al ahogo al sol.
Al pájaro no le interesa el presente, sobrevuela a penas la transferencia a Cañuelas, emoción rara reencontrarse con 17 años de recuerdos, casas pasadas, cosas mudadas en la vida de cada cual.
A las 17 y 19 hs vuelve a salir el tren, hay que apresurarse a pesar de los 50 Km. de viaje son muchos años, un vértigo de vida, y uno que no sabe quien era ni quien es. Solo los dolores grabados en el rostro de quienes tomamos el cambio de vía, solo amistad y mate, nunca se termino la yerba, hasta que llego la gastritis y la esofagitis grado 2 y también se termino el mate.

Es lejos para volver saltando Rayuelas y ella no ya es la maga a los 50 años o kilómetros, y yo sólo salto letras y pongo los acentos en cualquier parte.

En la plaza de enfrente de la estación hay un perro muy pequeño que suplica adopción, es domingo a la tarde a la hora del desamparo, la trampa o la siesta. Va y viene el pequeño perrito cruzando la calle, desafiando la fatalidad, la falta de reflejos de los chóferes o la simple indiferencia. Olfatea familia y niños y el va, hasta que la gente se pierde en la estación y hay que volver a empezar.

Repaso las frases y palabras como si fueran estaciones que nunca sabemos nombrar por su real nombre ni reconocer en su justo lugar mientras viajamos sin ver.
Obsesión. Represivo. Manía. Control Paranoide. Histeria. Transparencia. Fisura del Alma. Historia. Acompañamiento. Transferencia. Fobia. Cambio de vía. Maniaco Depresivo. Piojos. Lo esencial es Invisible como esas telas de araña que nos sujetan para que nunca lleguemos del todo al origen de las cosas.
Claro, llegar a donde ya se estaba, pero mucho, mucho tiempo atrás. Antes que nos pongan en la caja, o la escena, y no tener encima un ejemplar de "Alguien voló sobre el nido del cucu", de Ken Kessey para romper el vidrio e huir. Los inconscientes estaban mal barajados, nos consolamos mutuamente.
Esas alas eran tuyas, parecíamos decirnos con la mirada puesta en la espalda vacía y algo doblada por el peso de los acontecimientos. Como explicarse ese llegar a la escena irreal de lo cotidiano con alguna manito de manipulación. Mejor Baudrillard y Derrida, me digo resignado a mí moderada intolerancia a la realidad.

Mi bisabuelo materno ponía vías del tranvía y dirigió el armado de los puentes de hierro sobre estas vías. Mi abuelo arreglaba y armaba bicicletas, andaba en moto con sidecar y pasaba cine en el galpón de una fábrica. Cuesta reconocerme en este presente de apilador de diarios y palabras en anotadores.

En esta sociedad cuesta hablar de lo no logrado, después de otras definiciones alguien llega a decirte resentido o fracasado. Y años más adelante "te veo derrotado... y todos te ven así".
Posiblemente sea un mal sueño el que nos llevó por el tren equivocado, y ni siquiera tengo la convicción de Macedonio Fernández, para hacer un ejercicio de pensamiento y abrir los ojos en una estación desconocida y ver a su Elena delante de la vidriera, no del otro lado como muñeca de porcelana, sino al aire como mujer en flor.

Mejor sentarse un rato con un desconocido desde siempre a mirar un rato de televisión y no pensar nada que choque con el corsé del imaginario que esta bien atornillado en la pared y sostiene el óleo que pinto la abuela. Un mal sueño puede ser pintar sobre lo podrido e irrecuperable como hacen Kirchner y Lavagna, o casarse para tener hijos con quien no te valora, o nada le cabe en la vida.

Por eso veo al nogal con una sola rama brotada, -el resto gris y quizá definitivamente seco- y no se si llorar o morir de ternura ante este gran gesto con la vida.
-Me río cuando pienso en mi hija-, el otro día me cuenta que con Teo su compañerito del jardín han decidido casarse. "Nos elegimos" me dice con sonrisa de oreja a oreja y los pocitos, y la frescura de los 6 recién cumpliditos. Como no olvidar cualquier amargura.
¿Si la mentira tiene patas cortas, la inocencia anda en zancos? Le digo al rato para distraerla y distraerme. -No, boludo. -Me dice sin temores y sin su madre a la que extraña tanto de sábado a domingo.

Pero la verdad viaja lenta e imparable en el gliptodonte que pudo escapar del museo de ciencias en La Plata. Nada que ver con la velocidad de hombres y mujeres de negocios que viajan en 4x4 al avión y de allí a la clínica de lipoaspiración o la vitrina de un televisor. El Celular manos libres, con las manos atadas. Y por precaución un microchip antisecuestro insertado en las nalgas de vedette-modelos-conductoras de TV. que generan nausea infinita y finita también.

Afuera hay demasiado verde, algunas vacas pastando, cierro un poco los ojos, temo que ingrese un asterisco del ojo ajeno ante la soledad de este monologo de ida y vuelta.

No hay mal que dure cien años, -ni cuerpo que lo aguante- en la casa del herrero con cuchillo de cemento Fortabat, arruinando las vías y obras y rutas que De Vido promete y algun día cumplirá, mejor cumplir años en Chacarita y comer torta en el cementerio antes de escuchar discursos, y ver a Quindimil soplando las velitas del general Perón. Que mes octubre, mejor viajar en subte a Lacroze y ver a Amalita comprando cuadros, o bailando el último tango antes de la Loma Negra del destino. Hay demasiadas horas hombre para arreglar las vías del Belgrano y como la desocupación es una pasión inútil dice el ministro Tomada, yo regalo a las madres pico, pala y plomada. Es un delirio cósmico de dice Uriarte a Chichita. Mejor caer en Dios y no en la gente que lo invoca dice el falso cura. Laisa asila a Uriarte, escribe en el pizarrón negro de la oscuridad aplastando los pezones de tiza. Dios me libre de la ferocidad de la fidelidad dice Santiago que hace unos años que logro que su salvaje y brutal Chichita domestica que no hablaba en francés se marchara al fin con otro. Es más fácil creer en Dios que en la gente me dice el falso cura, por eso el rating y el éxito en una sociedad de cornudos. Leo el cartel, colgado de su camisa blanca "Elder Dante Omar González". En el pecho, del lado izquierdo. La corbata cae de un solo color sin dibujos preocupantes hasta la altura del ombligo. "Dios no castiga, solo libera" me dice en el puente que cruza todas las vías y destinos posibles de Temperley. Prefiero seguir, afuera sobrevuelan las faldas, la histeria -no importa el sexo, ni la edad ni la condición ante el IVA- busca un nuevo Amo. Superficial dominio de la epidermis de cemento sobre la naturaleza de tierra sin fin, cuando la gente quiere irse desde la gran ciudad al campo (ciudad monstruosa, noche sin fin).
Un crimen para caer dentro de la ley humana escribió Rimbaud a la edad del pistolero de Patagones que no mato para robar ni secuestrar, por eso no debe caer dentro de las leyes Blumberg.
Por eso caminar con el crucifijo colgante nunca los pechos al aire. El conmovedor regreso al aula de la tragedia dice el Clarín, el gran diario argentino del muñequito tocando el cornetín, o clarinete. Nunca vas a llegar a nada vos dice mi conciencia sádica que no descansa en feriados, siempre en la asociación ilícita. Como Mal-Chiche que nunca llegará a Cortés-Gelblung. Los pobres en la Argentina viven de la bolsa -dice, y manda filmar a los que comen de los desperdicios de los restaurantes. Hombres de la bolsa eran los de antes, -dice Santiago, ahora se llevan a los niños y piden rescate. Cambia, todo cambia, cambia todo cambia, se anuncia un nuevo ciclo lectivo, volverán los párvulos a la escuela donde su maestra los besa y recibe con el chaleco antibalas puesto debajo del guarda-el-polvo de la más blanca leche de Sancor. Vaca te queremos, vaca te adoramos, vos nos das la leche y nosotros la envasamos...

-Te mataré, le dice mi madre al gato que casi la hace tropezar de nuevo. Pero a mi me parece oír Le matare Cartwright... y la veo corriendo al gato con la cuchilla de cocina como un Hop Sing enfurecido. Mejor una visión Roldanesca de la existencia. Me digo, acordándome de las horcas del lejano oeste para bandidos y cuatreros. Yo fui cuatrero me dice el Elder Dante antes de ser soldado y escudo del señor. Hay que perdonar y seguir adelante me dice la amiga en el tren, 17 años después del cambio de vía. Más perdones habrá a futuro, - digo- cuando liciten los trenes de cartón reciclado en Shangai que promete Jaime, el guardahilos del presidente. Llegaran a Patricios?, a Carhue, a Villegas..? Mejor esperar el tranvía de mi bisabuelo, mientras cascos de caballos cartoneros golpean los minutos de mi calle y John White comenta la última encuesta donde Bush empieza a perder con Kerry. Por eso no hay que olvidarse de la muerte del Belgrano cargas en las batallas de Vilcapugio y Ayohuma por la reestructuración de la deuda eterna, como debe ser la fe de los pobres. Muertos, bien Muertos están los próceres y sus ferrocarriles. Por eso es un enfrentamiento inútil, mejor reírse del sainete patético de los Roldan. Con el FMI o con el matrimonio? con ambos. Hay que decirle al otro lo que el otro quiere oír y no te perdonan jamás que salgas del pacto de simulación de matarse a sí mismo con receta ajena.

Tu eres el culpable de este amor, me dijo ella que se perdió a Juan Darthes por mi culpa. Son las 14 y 30 horas recién y las señoras hoy no tienen los bancos abiertos por el feriado, el amor prohibido para jugar a las escondidas deberán esperar un día hábil. Mejor sola que mal acompañada me dice la amiga divorciada y yo que no se que decir, salvo que perdí el curso superior de Marketing de Sí mismo y me quede en la puerta escribiendo paisajes congelados, nunca taxi ni olvido.

Leo en el prospecto: Reacciones Adversas: visión borrosa después del programa de Horacio Cabak. Insuficiencia hepática grave. Penuria del sentido moderada o grave. Se corta la luz y se pierde parte del texto, no de la coherencia que se perdió desde siempre por eso será que me tenso tanto ante la escritura y recuerdo el apodo de "incoherente" que un chico de la escuela secundaria logró imponer en mi memoria. Recuerdo una vez más al analista cuando dijo "ustedes tenían problemas desde antes de conocerse".
La miro a la amiga, mientras el asiento de hojalata nos destruye la espalda y el coxis, y al fin nos damos cuenta que entre delirio e ironía hemos llegado a Cañuelas.

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