-Foto: Tapa de Miniaturas en el sendero poético.
Leviatán, 2025.
El príncipe encantado*
Soy el príncipe del
bosque, me dijo
antes era un sapo,
pero preferí salir de las fábulas
de los mitos o las
leyendas y me refugié
en el bosque con los
animales.
Escapé del mundo y sus
mentiras
acá a nadie le
interesa
si soy un sapo o un
príncipe.
*De Andrés
Bohoslavsky. vladimirbeat@yahoo.com.ar
*De Miniaturas
en el sendero poético
La belleza es una nube pasajera
-Poesía de
Andrés Bohoslavsky.
Un sueño impresionista*
Compro un ticket sin
destino, subo al tren
del último andén
en el asiento suelto
la crisálida
que encerré en el
cenicero hace años
cierro los ojos.
Al abrirlos unos
minutos más tarde,
el paisaje que observo
tiene rojos,
amarillos, azules
miles de cipreses
inclinados hacia el mismo lado.
Cuando el tren se
detiene, el guarda me despierta
diciéndome que
llegamos.
El vagón está vacío
al bajar veo el mar y
una cabaña
rodeada de mariposas multicolores.
*de Miniaturas
en el sendero poético.
Leviatán, 2025.
Buda en el
infierno*
Cuando bajamos con Buda al infierno
dejamos nuestras identificaciones, abonamos
la entrada
descendimos en el ascensor hasta el
subsuelo
más profundo
recorrimos todos los pisos tomando nota
de las diferentes formas del sufrimiento
humano.
Al volver a la superficie
yo aún seguía horrorizado por lo que había
visto
para
Buda, el más estremecedor era el piso
de los que no pueden sonreír.
*De Miniaturas
en el sendero poético
Leviatán, 2025.
El acta*
a mi madre Sara
Yo, que estoy en el medio del mar
leo el acta, que con unos cuadraditos
marcados con una x
deja constancia de la muerte de mi madre
mientras la rompo y el viento se la lleva
depositándola en unas olas gigantes
pienso en ella con sus lentes viejos,
leyendo a Chejov
o las cartas de familiares de Rusia
y en aquellos años en que era feliz,
paseando con mi padre por la
playa, mientras yo corría detrás de ellos
me doy vuelta y la veo sentada en una silla
en la proa
rodeada por unos albatros que picotean
restos de comida
me llama y me siento junto a ella
mientras saca unas fotos viejas
en paisajes extraños, junto a sus padres
y luego otras y otras, como un repaso de su
vida
mientras hablamos de las cosas que quedaron
sin hacer
de esos planes simples que teníamos y no
pudimos realizar
giro la vista al mar y cuando me doy vuelta
para abrazarla
ya no esta
a mis pies, veo la foto en que ella está
delante de la casa de
sus padres
en la calle de la revolución
la llevo al camarote, la pego en la pared y
me acuesto a dormir
en el sueño, escucho su voz, casi
imperceptible, que me dice:
- No estés triste, hijo, ya nos veremos
me despierto, me sirvo un vaso de vodka
y miro por el ojo de buey la tormenta que
se avecina
voy a la sala de máquinas, a cumplir mi
turno
y la escucho nuevamente:
- Hijo, el hombre es lobo del hombre
Entonces pienso en ella, en esos viejos
tiempos
donde soñaba un mundo más justo
sin imaginar que nos convertiríamos en
bestias.
*De Los ojos de Sasha o el fin de un sueño rojo.
Editorial leviatán. 2017
La visita del
rey*
Cuando el rey llegó al pueblo, esta aldea
perdida en
la montaña
con pocos súbditos, cursó invitaciones a su
fiesta plagada
de manjares
y excentricidades. Todos corrieron
alborotados y felices,
todos menos Sasha
y yo que intentábamos escribir, como
siempre, un poema
o un
cuento
que tenga tanto de misterio e irracionalidad
como nuestra
forma de vivir.
El rey llegó a la cabaña con su guardia
infernal, a
preguntarnos porqué
no habíamos concurrido. Le expliqué que
nosotros
preferíamos escribir.
Me propuso cambiar los roles un par de días
para ver de
qué
se trataba.
Así me convertí en monarca.
Él se instaló en nuestro hogar cuarenta y
ocho horas.
La gente venía a besarme la mano y me traía
ofrendas,
comida, todo tipo de regalos
y yo ocupado en esas idioteces, extrañaba
mi vida de siempre.
Cuando el tiempo
se agotó, volví a la cabaña y encontré al
rey con una hoja en
blanco delante suyo.
No supe ser rey ni él escritor. La gente
siguió feliz
siendo esclava, mis días pasan
como siempre y los de mi gatito también.
El reino sigue intacto.
-De Los
ojos de Sasha o el fin de un sueño rojo.
Editorial leviatán. 2017
La cueva *
Busqué a mi madre
luego de su muerte
como un náufrago, un
objeto donde asirse.
El mundo era un mar de
calamidades.
Encontré un refugio en
la tormenta
una anciana tejía su
arte en el telar
el cuerpo deteriorado
por el paso del tiempo
pero en sus ojos la
juventud.
*De Miniaturas
en el sendero poético
Leviatán, 2025.
La cajita de
música*
Tirada entre cosas sin uso, en una bolsa
arrojada por azar
en un tacho de basura de la plaza
encuentro una vieja cajita musical.
La tomo, le doy cuerda con la pequeña llave
que cuelga de ella
debo haberme excedido o tal vez haya roto
algo.
Sale la bailarina de su interior
pero su cuerpo no es porcelana sino humano
pequeña como las hadas de los cuentos
me agradece haberle puesto fin al
sufrimiento
y encierro de tantos años.
-De Medianoche
en la plaza de los sueños y otros poemas.
Editorial Leviatán 2021
Latkes*
Cuando llegué del colegio, mamá estaba
preparando la comida rusa que tanto me gustaba.
Le pregunté si había alguna novedad.
Me miró por arriba de los lentes y me dijo:
No hijo, salvo el militar de la esquina que
cuando le pregunté si sabía algo de tu hermano, me dijo que agradezca que no
los desaparecimos a usted y su hijo más chico.
Luego volvió sobre la sartén y siguió
cocinando las croquetas de papas.
*Inédito.
El río de mi
padre*
Hace
poco estuve en el río, ancho y furioso
leyendo y tomando cerveza
en la otra orilla, un viejo con su caña de bambú
esperaba atrapar algún pez
y pensé en mi padre y en mí pescando juntos
si hubiéramos tenido tiempo, si esa ráfaga
de muerte
no hubiese existido
luego, cuando volví caminando, me pareció
verlo
apuré el paso, pero algo sucedió
lo vi correr y desaparecer en una esquina
ahora escribo sobre mi padre y sobre mí
y lo que pienso sobre ambos, lo que
hubiéramos hecho
esas cosas entre padre e hijo
por la noche, reabrí el libro para
continuar con la lectura
que había postergado aquella tarde en el
río
el siguiente relato era un cuento breve
de un tipo que pescaba en una orilla y su
hijo en la otra.
*De MARGOT,
LA PROSTITUTA QUE LEYÓ A BAKUNIN.
-Editorial Leviatán. 2017
Maniquí *
Si parecés un maniquí,
es probable que no me dé cuenta
como una máscara que
mira en un escaparate de saldos
la gente que pasa
podría comprarte una ilusión.
*De Miniaturas
en el sendero poético
Leviatán 2025
Margot, la
prostituta que leyó a Bakunin*
Vale más un instante
de vida verdadera
que años vividos en un
silencio de muerte.
Mijail Bakunin
Caminando de madrugada por la calle de la
tristeza
llegando a la intersección con el boulevard
de los perdidos
me senté como siempre, a observar el cielo
estrellado
mientras encendía un cigarrillo
encontré, convertida en objeto de consumo
nocturno
a quien había sido mi compañera de
estudios, Margot
que leía a Baudelaire y Rimbaud en francés
para entenderlos
envejecida por el paso del tiempo
y la intensidad de un trabajo que reclama
su libra de carne
nada en ese abrazo habló de poesía
su mundo, reconvertido en mercancía
ahora demuele las palabras que tanto amaba
y la asimila a una muñequita del barroco
abandonada a su suerte
la neblina que cubre el boulevard
nos transforma en dos adolescentes
que debaten la función social del arte
y las teorías anarquistas del príncipe
Mijaíl Bakunin
al mismo tiempo
cuando la bruma se retira
lo único que confirma su presencia
es una colilla de cigarrillo con su lápiz
labial y su perfume
y su voz, espectral, diciendo:
salvo que seas poeta, las palabras no
significan nada.
*De Margot,
la prostituta que leyó a Bakunin y otros poemas.
Editorial Leviatán. 2019
Poeta*
Si me preguntás qué es
un poeta
sinceramente no sé la
respuesta
pero quiero hacer un esfuerzo
decirte algo, aunque
sea incompleto
y aparece un lugar,
una pradera
en la pradera una casa
y un molino
en la casa un viejo
con ropa destrozada
libros tirados, perros
que ladran
canillas que gotean,
ventanas rotas
tapadas con cartón,
unas hojas sobre el piso
el sillón que más me
gusta
ahí estoy sentado,
mirándote
preguntándome qué hice
con mi vida.
*De Miniaturas
en el sendero poético
Leviatán 2025
Reencarnaciones*
Antes fui un campesino ruso
estuve en 1905 protestando en Moscú
contra el zar, con mi tío y algunos amigos
de ahí partí a Praga, fui amanuense
ponía sellos en la oficina con Kafka
éramos grises los dos
terminé deportado a un campo, entonces
aparecí en Ámsterdam
jardinero en el barrio de Rembrandt
me robé un retrato y un pedazo de alma
que vendí en un callejón de Monastiraki, en
Atenas
unos días antes de que se hunda el pesquero
fui médico en el África, ladrón en Gales,
titiritero en Croacia
falsificador de obras de arte en el
Renacimiento, en Florencia
campesino en Vladivostok y ladrón de
bicicletas en Roma
entre miles de ciclos de idas y vueltas
ahora aparecí escribiendo poemas en Plaza
Miserere
soy un ciego en el barrio de los ciegos
mi alma es muy vieja, como la tuya
por eso me mirás como si me conocieras
de algún lugar.
*De MARGOT,
LA PROSTITUTA QUE LEYÓ A BAKUNIN.
-Editorial Leviatán. 2017
El tío Sergei *
Cualquier persona que
tiene una sonrisa perpetua en el rostro, oculta
una violencia que
asusta.
Greta Garbo
Mi madre y su hermano Sergei llegaron en un
barco
[a Nueva York
a principios del siglo pasado.
Junto a ellos, bajó un matrimonio de
apellido Demsky
sus ideas la convirtieron en líder de los
inmigrantes rusos.
Al ser expulsada por las autoridades de
migraciones
debió abandonar el país de la libertad en
setenta y dos horas,
partiendo hacia Argentina en otro barco
plagado de pobres.
A su hermano, el hambre y el instinto de
supervivencia
lo llevaron a Hollywood
donde filmó, con el hijo de aquella pareja:
Issur Danilovich Demsky, más conocido como
Kirk Douglas.
Ya en Buenos Aires, continuó pagando con
persecuciones
su línea de pensamiento
mientras mi tío se volvía millonario y con
el paso del tiempo
se convirtió en el dueño de varias
joyerías.
Esta foto juntos, ajada por los años
en una ciudad que no reconozco
muestra a un hombre impecablemente
arreglado, con un
[traje oscuro
y un sombrero que habla de su ascenso
social.
Mi madre, a su lado, sencillamente vestida
con su cabello sujeto por una peineta y una
flor, una rosa
asomando de su saco
símbolo de los combatientes de su época.
Los hijos del tío Sergei, ampliaron los
negocios del padre
sumando a las joyas, un estudio de cine,
una casa de alta costura y otra de bienes
raíces
que aquí se denominan inmobiliarias.
Yo seguí ganándome la vida en los barcos o
en los astilleros
viajé por el mundo, aún después de la
muerte de mi madre,
arreglando los motores de los
transatlánticos
hasta que los aviones terminaron con ellos
y con mi trabajo.
Lo curioso, sucedió aquella vez que bajé
unos días
[en Nueva York
y tropecé con carteles de campaña con el
rostro del tío Sergei,
candidato a senador por ese estado, una
foto gigante que
[repetían al infinito
las calles, con su eterna sonrisa,
abrumadora e insoportable.
Peor aún, cuando vi esa rosa roja en la
solapa de su traje.
*De: Los
ojos de Sasha o el fin de un sueño rojo.
Editorial leviatán. 2017
La camarera que
se creía Greta Garbo y el plomero que soñaba ser Lenin*
El día que mis ojos miraban de otra forma,
desde la mesa de siempre
donde pasaba horas leyendo a los malditos
bebiendo como si mis días fuesen
interminables
una revelación, un rayo en mi mente
me mostró que a veces la realidad
no es más que una ilusión, un engaño
fabricado por vaya a saber
qué extraño mecanismo
dejé un momento a Rimbaud, en ese libro
viejo
que exhalaba humedad
coloqué mi vaso a la izquierda de él
y mientras le pedí disculpas, me acerqué a
la mesa
donde Lenin charlaba con Greta Garbo,
ella tomaba un martini y él su vodka de
siempre
la mirada de Greta, absorta y claramente
perdida
por el discurso revolucionario de Lenin
hacía que la escena, que veía en blanco y
negro
resultara una puesta cinematográfica de los
años 30
a esa altura, el bar ya no era el del
barrio de Pompeya
sino un bistró que estaba a metros de la
estación de subtes de Moscú
al que solía venir asiduamente en otra vida
para llegar a la casa de Esenin o
Maiakowski
los ojos grises de la Garbo, fijos en el
perfil de Vladimir
daban cuenta de otra cosa, muy lejana a la
dialéctica de nuestro héroe
y más próxima a la bella idea de lo
romántico
nada en ella parecía hablar de plusvalía o
revoluciones
lo suyo era belleza y glamour en estado
puro
la escena cambiaba del blanco y negro, a un
abanico de ocres
o se mostraba congelada, simplemente, como
una foto
de repente, los tres reíamos, sin saber muy
bien porqué
pero ese trueno, que se anticipó al
diluvio, puso las cosas en su lugar
Greta volvió a ser la melancólica camarera
de ojos tristes y mirada cansada
Lenin volvió a ser el plomero que pasaba
por su ginebra cotidiana
solitario y hosco como siempre
retorné a mi mesa
donde planificamos con Arthur dejar de
escribir poesía
y escapar para siempre al África.
* De La
camarera que se creía Greta Garbo y El plomero que soñaba ser Lenin y otros
poemas,
La carta de Oliver, 2016
Mirlo*
Desde la ventana del tren
pienso en los que ya no están
en los que están lejos
en los que un día no estaremos
otra persona viajará en este tren
en este asiento
y mirará por la ventana
tal vez los mismos árboles
y se pregunte si alguien, alguna vez
mirando el río
vio posarse al destino en la ventana.
* De
Margot, la prostituta que leyó a Bakunin
y otros poemas.
Editorial Leviatán. 2019
Dora*
Rojo carmesí lluvia helada sobre los
cuerpos en Dachau,
tus ojos profundos me miran tristes.
Una cajita de bombones, diarios rusos
viejos, tu silencio y el mío
buscan en el tiempo que pasó.
*De Miniaturas
en el sendero poético
Leviatán 2025
El circo*
Luego de los
acróbatas, de los elefantes,
los liliputienses
el equilibrista, los
monos, el domador de leones,
los caballos
el hombre más forzudo
del mundo
llegaba mi número de
magia
hacer desaparecer a un
espectador a la vista
de todos.
Comprendí que algo
había fallado
cuando sólo quedamos
un pequeño elefante y yo
en la pista.
*De Miniaturas
en el sendero poético
Leviatán 2025
El blues de los
pájaros*
Sobre el río flotaba el piano
y sobre el piano, sin rostros,
dos personas cruzadas de piernas
hablaban en voz baja
la charla giraba en torno a un poeta chino
que leía sus textos a los pájaros
si no volaban el poema era posible
atrás, el piano ardía sin extenderse al
resto
últimamente recuerdo este sueño, esos
detalles
y a ese extraño poeta chino
ahora sé quiénes son
los rostros aparecen sobre el piano
sin los cuerpos, los pájaros tocan blues
y yo estoy quieto, extasiado
sin poder volar
*De Una noche en bosque-poesía y otros poemas.
Leviatán, 2014
Postales en la calle*
Caminando sin destino,
encontré cuatro postales tiradas en la calle:
El faro de dos luces
de Hopper era una, un retrato de la Madre Teresa
de Calcuta dedicada a
una profesora era la segunda, la tercera era el
escritorio de Neruda
en Selva Negra, Chile y la última reproducía una
foto de pisos de
madera, una propaganda del 67 de una fábrica que la
devoró la historia. Muy
viejas y frágiles todas. Las levanté y me senté
en un banco de la plaza
1º de Mayo, me sentí un ángel caído.
Cerca de mí, una
viejita que parecía mi madre leía sola en el banco
vecino. Me levanté
para irme y se puso a llover.
*Inédito.
La belleza es
una nube pasajera*
Mirarla en forma lateral
tomar la lapicera negra
el cuaderno, una hoja en blanco
cerrar los ojos
ese es el punto;
si no cierro los ojos, la belleza no se
materializa.
*De Miniaturas
en el sendero poético
Leviatán. 2025
El fuego*
La explicación que encontró la ciencia a la
aparición
del fuego
consiste en el impacto de un rayo sobre
restos de elementos
de la naturaleza que combustionaron luego
de la ignición
y todo eso que ya sabemos
Por la noche me abrigó del frío
y me protegió de las bestias que merodeaban
la cueva
pero algo más profundo se instaló con
fuerza dentro de mí:
el fuego es transformación
como las palabras que incendian en tu
interior.
*De El
mundo es un poema inconcluso y otros fragmentos oníricos.
Leviatán, 2023
**
-Andrés Bohoslavsky.
(Cipolletti 1960)
Deambulo desde aquella
primera aparición
hace cuarenta mil años
inventé el fuego y aún soy nómade
las manos, los ojos y el rostro cambian
pero el alma no.
textos & libros
El ghetto de Vincent. texto adaptado para representación teatral
/ Amsterdam, 2001.
El río y otros poemas /
The River and Other Poems. St. Albans, Inglaterra:
Editorial Verulamium Press, 2003.
El pianista del Black
Cat y otros poemas.
Editorial La carta de Oliver, 2004.
China ocho milímetros.
Editorial La carta de Oliver, 2009.
Una noche en
bosque-poesía y otros poemas.
Editorial Leviatán, 2014.
La camarera que se
creía Greta Garbo y el plomero que soñaba ser Lenin y otros poemas.
Editorial “La carta de Oliver, 2016.
Los ojos de Sasha o El
fin de un sueño rojo.
Editorial Leviatán, 2017.
Margot, la prostituta
que leyó a Bakunin y otros poemas.
Editorial Leviatán. 2019
Medianoche en la plaza
de los sueños y otros poemas.
Editorial Leviatán 2021
El mundo es un poema
inconcluso y otros fragmentos oníricos.
Leviatán, 2023
Miniaturas en el
sendero poético.
Editorial Leviatán. 2025
Inventren
https://inventren.blogspot.com.ar/
Explotaciones y
otras bellezas*
En el fondo del vagón, un tipo de cara
afilada y barba en el mentón
como un viejo bolche, recitaba estas
palabras
para un público que no le prestaba mucha
atención
a su actuación cotidiana, y que alcancé a
escuchar
al quitarme los auriculares para cambiar
las pilas
… los dueños de las
fábricas buscaban la manera de bajar sus costos
y aumentar las
ganancias, y encontraron en las ideas del ingeniero
estadounidense
Frederick Taylor una ayuda invalorable.
El método de Taylor
consistía en calcular el tiempo promedio para
producir un
determinado producto o una parte de él y obligar al
obrero a acelerar el
ritmo de trabajo asimilándolo a una máquina.
Esto se lograba a
través de tres métodos fundamentales:
a) aislando a cada trabajador del resto de sus
compañeros bajo el
estricto control del
personal directivo de la empresa, que le
indicaba qué tenía que hacer y en cuanto tiempo
b) haciendo que cada trabajador produjera una
parte del producto,
perdiendo la idea de
totalidad y automatizando su trabajo
c) pagando distintos salarios a cada obrero de
acuerdo con la
cantidad de piezas
producidas o con su rendimiento laboral.
Esto
fomentaba la
competencia entre los propios compañeros y
aceleraba, aún más,
los ritmos de producción.
La máquina establecía
la intensidad del trabajo y, a su vez,
cada obrero requería
saber menos, pues para realizar una tarea
mecánica y rutinaria
(ajustar un tornillo, por ejemplo),
lo único que
necesitaba saber era obedecer.
De esa forma, el
empresario ya no dependía ni de la buena voluntad
del trabajador para realizar
su tarea eficazmente (la máquina le
marcaba el ritmo) ni
de sus conocimientos.
El obrero era, según
Taylor, un buen "gorila amaestrado" que hacía
lo que otro había
pensado y, al mismo tiempo siguiendo el
esquema de Adam Smith, producía más en menos
tiempo,
pues reducía el costo
y aumentaba la ganancia…
y así siguió y siguió y siguió hasta llegar
el tren a Moscú
donde todos bajamos a nuestro trabajo
Ulises (así se llamaba) me alcanzó y me
dijo que también
escribía poesía
pero prefería recitar la historia
que la consideraba más fácil de entender
y le reportaba más monedas.
*De Andrés
Bohoslavsky. vladimirbeat@yahoo.com.ar
-Próxima estación:
FRANCISCO A. BERRA.
-Continuidad literaria
por el Ferrocarril Provincial:
ESTACIÓN
GOYENECHE.
GOBERNADOR
UDAONDO.
LOMA VERDE.
ESTACIÓN SAMBOROMBÓN.
GOBERNADOR DE SAN JUAN
RUPERTO GODOY.
GOBERNADOR OBLIGADO.
ESTACIÓN
DOYHENARD.
ESTACIÓN GÓMEZ DE LA
VEGA.
D. SÁEZ.
J. R. MORENO.
EMPALME ETCHEVERRY.
ESTACIÓN ÁNGEL
ETCHEVERRY.
LISANDRO OLMOS.
INGENIERO VILLANUEVA.
ARANA.
GOBERNADOR GARCIA.
LA PLATA.
InventivaSocial
Plaza virtual de escritura
-Editor
responsable: Lic. Eduardo Francisco
Coiro.
Blog histórico & archivo: https://inventivasocial.blogspot.com/
Comentarios