*Ilustración de Ray Respall Rojas. tgrafica@cubarte.cult.cu
(indicar "PARA RAY" en el asunto del correo)
A edad oportuna la abuela se lo había dicho a su madre con todas las letras.
Años después su madre pudo explicárselo a ella con la firmeza de un catecismo. Como un saber que no debe ser olvidado:
“Hay que conquistar el corazón del hombre, pero que él no conquiste el tuyo”
No entregar jamás el corazón, -ni mucho menos la ilusión- era la consigna.
El tiempo pasó escurriéndose como el agua. Su libertad era tan profunda como su soledad.
En la cola del banco, mientras esperaba su turno para cobrar la jubilación. Escuchó la conversación de dos mujeres jóvenes que hablaban de cómo “Enganchar un tipo”.
Quiso hablarles pero se le hizo un nudo en la garganta.
Decirles que no es así. Qué el amor no es enganchar al otro.
Lamentó una vez más no tener hijos ni nietos para cambiar la lección.
*De Eduardo Francisco Coiro. inventivasocial@hotmail.com
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