El guardabarrera toca su silbato con insistencia. La primera en detenerse antes de cruzar la vía es una monja anciana de vestimenta gris. Una joven que venia apurada casi se choca contra la monja. Y luego se detiene un hombre que caminaba encandilado por la belleza de la joven. -No vale la pena arriesgarse. -dice la Monja prudentemente. -Encima es de carga -dice la joven. -A que son 30 vagones... -irrumpe el hombre. -Son como 40. -Dice la joven con su belleza inefable. Bueno, el que gana da un beso en la mejilla. -Propone el hombre. Un beso soplado al aire. -Contesta ella sonrojandose. -Trato hecho. -Dice el hombre. Yo los cuento. -Ofrece la monja y encuentra inmediata aprobación de la joven y el hombre. La locomotora diesel de color celeste gastado cruza delante de ellos tirando vagones cargados de piedra partida. El hombre hace su conteo en silencio. La monja que tiene un tonito a española los cuenta en voz alta. El hombre se da cuenta que va a perder la apuesta. Que en realidad le ...