Ir al contenido principal

DE LOS ESCRITOS DE AIRE...




-Texto del año 2002-





Abro la carpeta del área de lengua, -mí hijo esta en 4º grado- y veo la nota escrita por su maestra en birome color verde:
" ¡debes escribir sobre el renglón, no en el aire!".
Observo, mudo y asombrado que las oraciones de mi hijo están escritas en un exacto punto intermedio entre el renglón superior y el inferior, suspendidas en un perfecto horizontal que yo a mis 44 años no podría sostener.
Sin duda ha de ser algo importante esta corrección, y seguramente ha de ser decisivo para el futuro poder escribir con las letras y las palabras bien asentadas en la línea inferior de cada renglón.


Me pregunto como será escribir en el aire, en lugares suspendidos, sin techo ni piso, abandonar las rugosidades, la dureza o porosidad de las superficies, la materialidad del papel en formato nº3, marca Rivadavia. Perder el contacto con todas las superficies al escribir, ni pies presionando las baldosas, ni cintura presionando el respaldo, ni mano apretando con la birome el papel y dejando una fuerza justa para que la tinta haga trazo. y haya allí una permanencia leíble, y puedan ponerse los acentos más tarde o mañana a la mañana.
Cierro los ojos, quiero volver a sentir al que soy, el que fui, al que siempre está y quiere sentir...
Imagino oraciones suspendidas, palabras poco tangibles como una voz que se pierde en su eco lejano e inasible.
Casi un sonido permanente de ruido de lluvia y torrentes de agua en las aceras, esos serian los sonidos intraducibles para esas letras perforadas en el aire, el lejano eco de otras lejanías, la imposibilidad para siempre de traducir del sonido a palabras del aire y de allí a la voz.
Como puede preocuparme una corrección normal, ingenua, casi incuestionable, quizá expresión inconsciente de un saber grafológico poco formalizado. Trato de escribir en el aire también yo, sé, que hay algo profundo que se abre paso desde esa frase en color verde.....
Hay que tener firmeza en la vida para no sentir la zozobra del vuelo en palabras, pienso entonces en Antoine de Saint-Exupéry escribiendo "Vuelo nocturno" después de cada aterrizaje en un renglón desolado, mientras trabaja en la Aeroposta Argentina entre 1929 y 1931, justo en esos años cuando el abuelo italiano de mi hijo empezaba la escuela y cursaba sus únicos tres grados de escuela, y ya sabiendo leer y escribir podía seguir trabajando y acompañando a su padre a pastorear ovejas y cabras por la montaña bien alto, estirando la mano con la gorra al ver una avioneta.
Siento una tristeza extraña, como la del Principito en la ajenidad de ese, su mundo que nunca entendere cabalmente.
Me parece que toda mi identidad esta atravesada por estas frases que se deslizan hacía abajo, vertiginosas, en la nieve blanca del cuaderno, apenas visibles como hilos de araña en los leves carriles como renglones.
Como no volver a sentirse a la luz de la infancia. Con amigos del alma como Clark yo soñaba mi vuelo en barriletes de papel de diario. Hoy me digo que quien pueda volar también puede escribir en trazos de nube, ver a través de las paredes, y cuestionar sin duda la opacidad necesaria de las cosas.
Empiezo a escribir en forma transversal, y los renglones son filosos truenos cortando las frases. "las palabras son barrotes" me dijo un viejo sabio de los de antes. De los habían aprendido viviendo, leyendo libros y sembrando por cada paso en la vida.


Nuevamente me siento como Superman. Saltando limitaciones humanas en líneas y delgadas paredes, abriendo boquetes con palabras, viendo más allá.
Es un juego de niños la regla secreta del vuelo que no podemos aceptar y dejamos reservada a la irrealidad de los sueños y las series.
Ahora bajo la vista hasta el horizonte, el cielo cerrado y gris es una pizarra adecuada, una bóveda curva de renglón sur a renglón norte, ambos están escritos en árboles teñidos de otoño, en siluetas de edificios, apenas breves acentos aparecen en la escritura de las chimeneas humeantes. Esta todo el cielo por escribirse: -Clark, acá estoy de nuevo, reconocés al Eduardito..?
Las palomas asustadas por el tren borran de alas una parte de mi nombre, no lo ven, pasan por adentro de mis letras, la "a" y la "o" no se conmueven por el paso en giros de la bandada, pero la "e" esta borrada.
La U es mi letra preferida, la estiro , es un renglón cielo invertido, un espacio cóncavo para jugar....
empiezo a rodar de punta a punta, -me río-, mi padre sonríe también mirando al cielo, veo el reflejo de su diente de oro brillando al sol y su mano en el aire saludando como aquella vez en su montaña saludando a esa avioneta que no era un pájaro enorme. En el aire, el tiempo esta cortado, mi madre me dice que no es bueno que este jugando en el cielo, adentro de esa letra, que si llueve voy a empaparme todo, como una esponja.
-Pero no de angustia -le grito fuerte para que me oiga.
Si, tenía 9 años como mi hijo y veía a Superman, y en el pizarrón de 4ºA muy alto y negro era un desafió escribir bien Kriptón o Kriptonita verde con tiza.
Pero el tiempo pasa entre renglón y renglón como un segundero infalible que baja paso a paso de escalera.
Quisiera entender ahora, porque cuando nació mi hijo abandone para siempre el uso de relojes pulsera. El tiempo correría , pero nunca más sostenido en mi muñeca. Habrá que medir su paso en blancas canas nevadas.
Me acuerdo ahora palabras de otro Maestro, Don Julio Cortázar, y me parece verlo escribiendo en un pizarrón: "El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus pequeños rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa." Y también explicando a sus pequeños alumnos como escribir frases saltando a Rayuela entre renglón y renglón, viajando ida y vuelta de la tierra al cielo, obligando al lector a seguir en cada salto, sin caer al vacío.


Pero todo esto no lo sabe Luisa, la maestra de Franco y ahora que él empieza a descubrir sus habilidades sin ninguna enseñanza de mi parte, puedo, con la mirada que ve más allá y atraviesa los muros darme cuenta de lo peligroso que es escribir por los aires, lejos de la base segura de un renglón tras otro.

Comentarios

Entradas populares de este blog

EDICIÓN ENERO 2025

  *Dibujo de Erika Kuhn . https://obraerikakuhn.blogspot.com/                 *   Sobre Final del Juego.  Final del juego (1956)  Julio Cortázar       Metal hexagonal    Cómo olvidar el aire de aquellas tardes  la piel nácar bajo el halo rosado del velo.  El recuerdo fundido a la mica y el feldespato.  Había que verla subir  al talud del ferrocarril.  Venus del Nilo  Piedad  Desengaño  Mi bailarina de Brahms  Princesa oriental.  Enigma de sauce bajo la tarde.  Has sido Amor y Adiós, Leticia.  Todos estos años versaron  sobre la huida / de mis ojos/ hacia un río inmóvil.   *De Adriana Sáliche . salichead@gmail.com * Desde Julio Cortázar hacia mí: Transmigración y ósmosis . -Editorial Municipal Chivilcoy. (2024)             ...

INOCENTES DE ARDOR Y DE SOMBRA.

  *Obra de Noelia Ceballos @noe_ce_arte         *   Podría ser que luego, muy luego, mucho más luego de lo que el temblor recuerde   se den cuenta   de que nosotros, los huérfanos, desarmados, inocentes de ardor y de sombra,   no estábamos equivocados al temblar.   -Poema del libro “Del otro lado de la noche”   *De Valeria Pariso. valeriapariso@outlook.com   - Valeria Pariso . Publicó los libros de poesía: "Cero sobre el nivel del mar" Ediciones AqL (2012), "Paula levanta la persiana" , Ediciones AqL (2013); "Donde termina esta casa" , Ediciones de la Eterna (2015), "Del otro lado de la noche" (2015) Editorial El Mono Armado, "Triza" (2017) Editorial Detodoslosmares, "La trilogía: Uva negra/ Mascarón de proa/ El castillo de Rouen" , Vela al viento Ediciones patagónicas (2018), Segunda edición AqL (2020), Zarmina , Primer Premio del Concurso de Letras, categoría poesía...

VENDRÁN LENTAS PALABRAS

  *Obra de Noelia Ceballos @noe_ce_arte               *   Luego diremos que la muerte es una ciudad más futura que la nuestra.   En medio del humo de los automóviles   y las estaciones ferroviarias,   oímos la cola del río que nace del fondo de sí mismo,   la cabellera del viento cuando azota una palabra en la boca   donde el maíz posa sus perlas.     Se dobla la noche   en la memoria de los heridos   que apagan su alegría.     *De Milagros Losa .                         Los Futuros*     I   Vendrán palabras suaves, llantos como palomas grises, sueños que aletearán como giran los mundos. Vendrán lentas palabras perdidas en la lluvia, remolinos incruentos, bálsamos en el aire. Y ya no habrá dolor, sino ...